AMALIA TORRES
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio
Seis internas de San Joaquín vivieron la experiencia. Ahora la iniciativa se realiza con 12 hombres de Valparaíso.
Entrar a la casa, ver la cama donde se durmió años atrás, mirar dentro de la olla humeante en la cocina, incluso acompañar al hermano chico en una vuelta en bicicleta.
Todo eso pudieron hacer seis internas de la cárcel de San Joaquín, que participaron en un taller de cine documental.
En él, además de realizar un documental, de recibir las visitas de distintas cineastas que les explicaron su oficio, también fueron parte del primer proyecto que lleva la realidad virtual a las cárceles de Chile: "Volver a Casa VR".
A fines de agosto, luego de pasar meses en el taller, seis internas del Centro Penitenciario Femenino San Joaquín se pusieron unos Oculus -lentes de realidad virtual (VR en inglés)- y lograron viajar hasta sus casas sin salir de la cárcel.
Para ello, la cineasta Catalina Alarcón, junto a otra compañera del equipo, fueron hasta las casas de los familiares con una cámara que permitía grabar en 360 grados.
"Algunas familias querían mostrar la casa porque había cambios en la infraestructura; otras mostrarles la habitación antigua donde ella solía dormir; otras querían compartir un espacio de comida, entonces ponían la cámara cerca de la mesa, y otras recorrer el barrio. Todo dependía de las necesidades que las familias sintieran de lo que ella necesitaba ver ahora", explica Alarcón, creadora del proyecto.
Solo el día en que tuvieron listas las grabaciones, Catalina Alarcón les mostró los equipos y les contó a sus alumnas qué iban a ver. Así, una a una se fueron poniendo los lentes. El audio era abierto para todas en la sala. "Quería que fuera una experiencia interactiva. Entonces, mientras el video iba avanzando, la que está con los Oculus lo vive de manera inmersiva, pero como no está con audífonos, las que estamos alrededor vamos escuchando lo que está viendo. Vemos cómo reacciona su cuerpo, escuchamos lo que pasa en el video y se produce una experiencia colectiva muy linda".
En el equipo también trabaja una psicóloga, encargada de la contención emocional. "Con ella hablamos que era importante decirles antes lo que iban a ver, para que no fuese tan sorprendente y negativo".
Además, después de la experiencia, hubo un momento de contención grupal. "Y ahora, este mes les toca una evaluación en la que una a una van hablando con la psicóloga, sacando la experiencia para afuera. Esto tiene dos ejes: uno saber cómo fue la experiencia para ellas, qué les pasó, cómo fue el taller. Y otro que tiene que ver con la contención emocional, si cambiaron, no cambiaron, si les sirvió o no. Ambas encuestas las hace la psicóloga".
Desde hace un mes comenzaron el mismo taller en la cárcel de Valparaíso, en el que participan 12 presos.
En el futuro, la idea es que se puedan contactar vía streaming con sus familiares, para que la experiencia de volver a casa sea en tiempo real. "Estamos todavía investigando al respecto".
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